Nace el 16 de febrero de 1952. Desde su primera infancia inmediatamente muestra sus destacadas condiciones para jugar al fútbol, específicamente le seduce el puesto de arquero.
Desde muy pequeño asistía al estadio municipal. Había que atravesar un par de calles del sector mercado para estar en su escenario preferido. En esos tiempos nos representaba en el Campeonato Regional Zona Central, el Club Deportivo Guillermo Guzmán. “Luchito” Pavez con 7 años de edad las oficiaba de pelotero, así podía estar cerca de sus ídolos, Teófilo Campos, «El loco» Aguirre, «El chico» Gortari, Abel Díaz, «El pelo» Catalán, Osvaldo Díaz, Salvador Correa, entre otros. Vivía feliz detrás de ellos en los entrenamientos y partidos oficiales.
Luego, con 10 años, ya era todo un experto en acercar balones, se las arregló para estar muy cerca de la Selección de Hungría que se concentró en la comuna de Rengo para el mundial de 1962 y de ahí en adelante empezó a dar sus primeros pasos como arquero. Sus condiciones más sobresalientes eran su valentía y elasticidad, fue seleccionado de la escuela Luis Galdames, seleccionado del Liceo Luis Urbina Flores de Rengo y en plena adolescencia, cursando la enseñanza media, fue convocado a la selección del Liceo Industrial de San Fernando. Por lo visto, condiciones tenía y muchas. Ahí, con toda su pasión sin límites se acercó al club de Deportes Colchagua para mostrar sus cualidades, institución que lo hizo participar en calidad de juvenil «aventajado» del plantel de honor las temporadas 68 y 69, mostrando todas las condiciones para convertirse en un excelente futbolista. Sin embargo, el destino dijo otra cosa.
Un grupo de jóvenes renguinos al que pertenecía, tenían la costumbre de asistir al puente de Las Pataguas, camino a Quinta de Tilcoco, con la intención de refrescarse en los calurosos días de verano; en una de esas incursiones, Luis Pavez toma una pésima decisión, sin evaluar las condiciones del improvisado balneario, se lanza de una altura no menor, en un clavado que cambiaría su vida para siempre. El diagnóstico fue lapidario, «no podría volver a caminar». La angustia de sus padres y el sufrimiento de su entorno fue tremendo. Un joven lleno de vida, corta su médula espinal.
Después de muchas operaciones y terapias de recuperación neurológica, con la incondicional ayuda de su querido padrino, Manuel Poblete Quintanilla, quién todos los días lo visitó, motivó y ayudó; y gracias a que fue capaz de canalizar toda su energía de juventud en su recuperación, después de un tiempo prolongado, el joven “Luchín” Pavez empezó gradualmente a mejorar. Claro que fueron años difíciles, años de mucho trabajo y esfuerzo, que contra todos los pronósticos, le permitió ponerse de pie y ayudado de bastones poder a duras penas dar unos pasos hasta conseguir caminar, cada pequeño avance en su recuperación fue un partido ganado para él y conmovedor hasta las lágrimas para su entorno, sin embargo el joven e inquieto deportista veía su carrera deportiva frustrada, había que ser fuerte y elegir seguir viviendo y así nomás fue, tuvo que tomar decisiones y adaptarse a su nueva realidad. Gracias al apoyo familiar y al amor genuino, Dios le permitió ser padre de tres hijos, Héctor, Andrés y Francisca, una bendición entre tanta tragedia. Ellos fueron su principal motivación en una nueva vida, había que seguir adelante y demostrar que a pesar de la adversidad, tenía capacidades para enfrentar sus circunstancias.
Se convirtió en un buen comerciante, actividad que le permitió sentirse útil y autovalente, se había ganado con mucho esfuerzo un nuevo espacio en la sociedad, pero nunca abandonó su pasión por el deporte e hizo todo lo humanamente posible para estar siempre presente y formar parte de los grandes eventos deportivos, transformándose con el tiempo, en un gran aporte para la comuna.
Fue dirigente fundador de Deportes Rengo, donde junto a René Durán y Rubén Ubilla (QEPD) se encargaron de la Comisión de Fútbol, realizando un gran trabajo con excelentes resultados, en la cancha, Luis Pávez era feliz. Luego fue Presidente del Club Deportivo Domingo Paredes, creando la Escuela de Fútbol gratuita de la institución, favoreciendo a un centenar de pequeños vecinos del sector, fue creador del equipo de proyección promesas de Deportes Rengo, donde se le dio la oportunidad a muchos jóvenes futbolistas de la comuna para formar parte del plan de honor en el fútbol semiprofesional, fue fundador de la Asociación de Box junto al querido Julio Pardo Muñoz (QEPD) quien lo apodó como «Mister Pipa» haciendo alusión al entrenador de Barrabases (famosa historieta de la época). También fue fundador del Club de Patinaje de Rengo, resultando que muchos patinadores participaran a nivel regional, nacional e internacional, obteniendo grandes triunfos para la comuna. Luego fue Director del Consejo Local de Deportes, hasta convertirse en el Presidente del organismo, producto de este cargo participó como Consejero Regional del IND (Instituto Nacional del Deporte). Luego, representando a la Región del Libertador Bernardo O´Higgins hizo lo propio como Consejero a nivel nacional. fue fundador del Club Rengo Unido, institución que durante el largo receso de la oro y cielo representó a la comuna de Rengo en Cuarta División, logrando el ascenso a Tercera División del fútbol chileno, donde integró la Comisión de Futbol, una vez más favoreciendo a los jóvenes talentos renguinos.
Sin lugar a dudas, Luis Pavez Díaz es un referente comunal muy destacado, como no recordar la compañía que le hizo, no solo a sus hijos para que se iniciaran en el deporte, sino que a muchos jóvenes talentos a quienes trasladaba hasta las dependencias del club O’Higgins para que fueran observados por los diferentes técnicos del fútbol joven. La obra de Luis Pavez Díaz definitivamente es un monumento a la resiliencia y fortaleza mental.
En sus últimos años de vida y después de un tremendo recorrido lleno de experiencia, dedicó todo su tiempo en dirigir asertivamente el Concejo Local de Deportes y con ello, construir (o más bien reconstruir) lo que se ha transformado en su más reciente proyecto, El Museo Histórico del Deporte de Rengo.
Gracias, muchas gracias «Mister Pipa» por todo lo realizado en beneficio de nuestra comuna y principalmente por darnos la oportunidad de reconocer y recordar a nuestros grandes deportistas y permitirnos recuperar y preservar nuestra memoria con su última obra, donde sin duda estará siempre presente su legado.